Bunlue Nantaprom / EyeEm / Getty Sabes que está mal exprimirte los granos, pero sinceramente, es muy relajante. Hasta que al otro día, te miras al espejo y ves que sigue ahí pero más grande. La boda de tu primo es en una semana y tienes un grano monstruoso justo en medio de la barbilla. Ya lo lavaste, lo limpiaste con agua tónica y con ese producto anti-acné que compraste en el super, pero sobre todo lo has estado picando y mucho. Sabes que está mal exprimirte los granos, pero sinceramente, es muy relajante. Hasta que al otro día, te miras al espejo y ves que sigue ahí pero más grande. Y luego te lo exprimes otra vez, porque de por sí ya estás estresada por ese vestido rosa horrible que tienes que ponerte y porque vas a sentarte en la mesa de los bichos raros con la más molesta de tus tías. Para colmo, el volcán que tienes en la barbilla ya empezó a expandirse y ahora tienes varios granitos alrededor como una bomba de bacterias. Para cuando el fotógrafo de la f