“ Tenía 6 mil pesos (9 dolares) en mi bolsillo. Fui a comprar jamón, queso, harina y levadura. Me puse a amasar y me salieron 12 panes. Salí a la calle, con toda la vergüenza que eso significa, a vender “, cuenta Matías Leiva (35), el dueño y fundador de “ La Insolencia “: un impensado exitoso negocio que ofrece y vende sandwiches en la calle y que hoy produce más de 2 millones de pesos al día ( 3 000 dolares ).