Grupos conservacionistas de Nueva Zelanda acusaron a Taylor Swift de poner en riesgo una muy rara especie de ave durante el rodaje de un video musical, pero los productores asumieron la responsabilidad y exculparon a la cantante estadounidense.
La intérprete de “Shake it off”, de 25 años, llegó esta semana a ese país para filmar un nuevo videoclip en Bethells Beach, un popular balneario cerca de la capital.
Las autoridades locales dieron permiso a la empresa productora de Swift para filmar en la playa, que acoge a una rara especie de ave (dotterel o chorlito maorí), de la que quedan poco ejemplares.
Las autoridades alegan que la productora incumplió una restricción que limita a dos el número de vehículos en la arena y llevó, en cambio, una decena de 4×4.
Los representantes de Swift en Londres publicaron un comunicado de Cherokee Films, la empresa productora local del video, que se dice: “Aceptamos la responsabilidad y nos disculpamos por ello. Taylor Swift y su entorno no cometieron falta alguna y no incumplieron permisos o reglamentos”.
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