La controvertida presentadora peruana Laura Bozzo anunció este lunes que se tomará una pausa y saldrá un tiempo del aire para adaptar “a la televisión moderna” su programa, un ‘talk show’ del canal mexicano Televisa con testimonios de personas humildes.
“Yo le pedí a los ejecutivos de mi casa, Televisa, que por favor me dieran la oportunidad de tener una pausa, rearmar fuerzas y salir con un nuevo formato adecuado a la televisión moderna”, explicó la presentadora a la emisora Radio Fórmula.
Bozzo, de 64 años, dejará de emitir su exitoso programa “Laura” el 31 de diciembre y prometió volver “antes de lo que piensan” en 2016 con un nuevo formato, donde se potenciará la interacción con el público a través de las redes sociales.
La presentadora, famosa por hacer pasar a sus invitados al grito de “¡Qué pase el desgraciado!”, reconoció que el programa que lleva encabezando hace 20 años -cuatro de los cuales en Televisa- precisa ser renovado, pero advirtió: “La gente más humilde nunca va a dejar de ser el centro”.
Ante los rumores que aventuraban que la presentadora dejaría Televisa, el canal emitió un comunicado confirmando el cambio de formato del programa y Bozzo fue tajante y dijo que seguirá con la mayor cadena en habla hispana hasta el último día de su vida.
“Me sacarán muerta, en féretro, en mis cenizas, yo nunca me voy a ir” de Televisa, con quien renovó contrato hace un mes y medio, manifestó.
La peruana ha estado involucrada en varios escándalos en su propio país y en México, donde en julio la secretaría de Gobernación llegó a estudiar la petición de una diputada de izquierdas que pedía que se la expulsara del país y se cancelara su programa por considerarlo amarillista y violador de los derechos de los niños.
Dos meses antes, se había criticado a la peruana porque mandó su equipo de abogados a defender a la familia de un niño de 6 años de Ciudad Juárez (norte) que fue asesinado por otros menores en un supuesto juego, presuntamente a cambio de tener la exclusiva del caso en su programa.
En septiembre de 2013, Bozzo también recibió reproches por haber usado un helicóptero gubernamental para supuestamente ayudar a los damnificados de dos poderosos huracanes en Guerrero (sur).
Bozzo llegó a México en 2009 después de que en Perú se le acusó penalmente de haber recibido recursos del gobierno del expresidente Alberto Fujimori.
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