El príncipe Enrique visitó este lunes el hospital londinense para enfermos de SIDA que apoyó su madre, la princesa Diana, quien contribuyó a reducir el estigma social en torno a la enfermedad al besar a un paciente en 1989.
Enrique, de 31 años, departió con el personal del Hospital Mildmay del este de Londres, con motivo de la inauguración de su nuevo edificio en el barrio de Shoreditch y del 150 aniversario de la organización de caridad a través de la cual se financia.
Durante la visita, la directora de recaudación de fondos del centro, Kerry Reeves-Kneip, reveló que Diana, fallecida en 1997 en un accidente de coche en París, visitó el centro médico 17 veces, de las cuales solo tres fueron actos públicos.
”Vino en un momento muy importante. En este barrio, los barberos ni siquiera cortaban el pelo a los trabajadores del centro. Ella realmente contribuyó a romper el estigma”, declaró.
Contó también una anécdota relativa a los dos hijos de la princesa y el príncipe Carlos, los príncipes Guillermo y Enrique, al explicar que, durante una de las visitas de Diana, ésta recibió una llamada en la que se le comunicaba que uno de ellos se había encaramado a un tejado en el colegio.
”Probablemente fui yo”, bromeó Enrique.
El príncipe reconoció por su parte que el hecho de que su madre besara a un enfermo de SIDA en los años 80 ”fue algo enorme” que hizo cambiar la imagen pública de la enfermedad.
Posteriormente, el príncipe, que también patrocina una organización para cuidar a huérfanos de enfermos de SIDA en Lesoto, firmó en el libro de visitas del hospital, justo debajo de una foto de Diana de 1991.
Gracias a los avances médicos, el Hospital Mildmay, cuyo origen se remonta a mediados del siglo XIX, ha pasado de ofrecer atención a enfermos terminales a labores de rehabilitación, en especial para pacientes con dolencias cerebrales.
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