Un grupo de científicos de la Universidad de Irvine, en California, han logrado lo que parecía imposible y han creado una batería que dura toda una vida. Lo más curioso es que lo han hecho por casualidad.
Gran parte de las actuales baterías están hechas de litio líquido, un material extremadamente combustible y muy sensible a la temperatura. La misión de este grupo de investigadores era encontrar una opción más sólida y segura, por lo que pensó que los nanocables serían la mejor opción.
Gran parte de las actuales baterías están hechas de litio líquido, un material extremadamente combustible y muy sensible a la temperatura. La misión de este grupo de investigadores era encontrar una opción más sólida y segura, por lo que pensó que los nanocables serían la mejor opción.
El empeño del grupo de científicos de la Universidad de Irvine, en California, era encontrar una opción más sólida y segura que el litio líquido con las que se hacen las actuales baterías de los teléfonos móviles, y que es un material muy combustible y sensible a la temperatura.
Las baterías recargables que se utilizan hoy en día, vienen en diferentes tamaños y emplean diferentes combinaciones de productos químicos. Las celdas secundarias (“batería recargable”) utilizadas con más frecuencia son las de plomo-ácido, la de níquel-cadmio (NiCd), la de níquel-metal hidruro (NiMH), la de iones de litio (Li-ion), y la de polímero de iones de litio (polímero de Li-ion).
Creada por Waldemar Jungner de Suecia en 1899, basada en la primera batería alcalina de Thomas Edison, la batería de níquel-cadmio (NiCd) usa óxido hidróxido de níquel y cadmio metálico como electrodos. El cadmio es un elemento tóxico, y fue prohibido para la mayoría de los usos por la Unión Europea en 2004. Las baterías de níquel-cadmio han sido casi completamente sustituidas por baterías de níquel-hidruro metálico.
En cuanto a la batería de níquel e hidruro metálico (NiMH), se desarrolló alrededor de 1980. La batería tiene una aleación capaz de absorber hidrógeno como electrodo negativo, en lugar de cadmio. Pero ahora se intenta/necesita superar todo esto.
Ante el desespero por no encontrar una solución válida, la estudiante de doctorado Mya Le Thai decidió cubrir estos delicados hilos con una capa de gel.
Los nanocables fueron la opción elegida por estos expertos, que han explicado a la revista Popular Science que el problema era que estos filamentos son extremadamente frágiles y no aguantaban la presión de carga y descarga. Por ello, una estudiante, Mya Le Thai, decidió cubrirlos con una capa de gel, probó a cargar su teléfono y la batería duró más de 3 meses.
Según el estudio, tras someter la batería a 200.000 ciclos, esta solo perdió el 5% de su carga.
“Descubrí que con el gel podía someter los electrolitos a ciclos de carga y descarga cientos de veces sin que perdiera sus capacidades”, ha dicho Mya en declaraciones a la citada revista.
Como los filamentos de los nanocables son de oro, crear baterías de este modo las hace muy caras. Ahora toca tratar de ver si se pueden fabricar con metales más comunes como el níquel. Los científicos están empeñados en conseguir que su hallazgo llegue al mercado.
Como los filamentos de los nanocables son de oro, crear baterías de este modo las hace muy caras. Ahora toca tratar de ver si se pueden fabricar con metales más comunes como el níquel. Los científicos están empeñados en conseguir que su hallazgo llegue al mercado.
Los expertos piensan que la efectividad de la batería se debe a que la sustancia viscosa plastifica el óxido metálico y le da flexibilidad, lo que evita el agrietamiento. “El electrodo revestido mantiene su forma mucho mejor, lo que lo hace una opción más fiable”, explicó Thai.
Pero no todo son buenas noticias. Los investigadores han recibido en más de una ocasión amenazas por su hallazgo. “Parece que a más de uno no le hace gracia que el proyecto llegue al mercado, pero nosotros no nos rendiremos”, declaró Mya.
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