SANTO DOMINGO. El cineasta dominicano José María Cabral fue a dar a la cárcel. Uno lo veía venir. Tanto interés por los problemas sociales, tanta insistencia en el tema del 4% para la Educación, tanto ir y venir con videos-protestas, tenían que tener sus consecuencias.
Los últimos nueve meses de su existencia los pasó en las cárceles: Najayo hombre, Najayo mujer y La Victoria. Le llaman “el preso libre”. Gracias al apoyo de la Procuraduría General de la República y a la Dirección de Prisiones, llegó a las prisiones, oteando por aquí, husmeando por allá, conociendo seres humanos que están tras las rejas por haber cometido uno o varios errores en su vida. Aprendió la jerga, qué es un ‘aéreo’, un ‘rana’; las jerarquías, qué es comer del ‘chao’. Convivió con los internos, jugó con ellos, conoció secretos, hasta que dio con el tema.
“Carpinteros”, su nuevo largometraje, lo acaba de rodar en esos centros penitenciarios, es una gran historia y significa un reto para el joven director de cine dominicano, pues tiene en sus manos una oportunidad extraordinaria para hacer una gran película.
Los procesos
Los procesos
“Es una historia de amor que se desarrolla entre Najayo hombre y Najayo mujer. En el sitio donde menos esperas, donde la gente piensa que es un sitio sucio, muy oscuro, de repente no. La historia no la llevé a la cárcel, sino algo que la cárcel me dio a mí. A lo que me refiero está inspirado en cosas que suceden allá dentro. Cómo ellos mismos se enamoran entre una cárcel y otra. Cuando veas la película te darás cuenta cómo han desarrollado un mecanismo para comunicarse entre ambas cárceles. Cuando te digo que es una historia de amor, no necesariamente es entre dos personas internas, puede ser entre más. Ahí inicia la premisa de la película, y todo lo que está en la película sucedió o sucede, o es algo que me contaron los mismos internos”, dijo el director de Detective Willy, su más reciente largometraje, que concibió en tono de comedia.
“Duré nueve meses en las cárceles, de ellos cinco meses duré escribiendo en ellas las situaciones que yo podía crear, que de cierta manera ellos me estaban dando. Yo las creaba y les daba el estilo narrativo del cine, pero con ellos. Les pedía, ‘mira yo necesito que el personaje haga esto, qué harías en ese caso, cómo tú le mandarías este mensaje o cómo enamorarías una mujer’, y ellos me decían tal y tal cosa. Así fui escribiendo la película”, reconoció Cabral.
“Luego empezó un proceso de casting que duró dos meses más. Ese proceso fue en las tres cárceles que ya te dije. Porque digamos el 75% u 80% del cast de la película son internos de Najayo hombre, Najayo mujer y La Victoria. Incluso agentes y policías son actores en esta película. Quería buscar lo más real que fuera posible, para que cuando la gente vaya al cine, puedan sentir esa cosa genuina, real. Por eso todo lo que son actores secundarios y terciarios, y las situaciones que creábamos, eran reales”, expresó.
Cabral narró cómo en ocasiones “tuvimos que parar una escena, porque se nos fue de la mano, y tuvimos que meternos en el medio, con la policía, porque yo quería que si filmábamos el desayuno, fuese en la hora del desayuno. Yo no producía el desayuno. Filmé hasta cierto punto, documental. Habían días en los que si sabía que el personaje iba a hacer tal cosa, no inventaba nada, esperaba ese momento. Si iban a coger clases, se pedía permiso para filmar el tipo cogiendo clases. Quería filmar las relaciones carcelarias actuales y cómo el ser humano trata de comunicarse, aunque esté a 150 metros de distancia, que es lo que está Najayo hombre de Najayo mujer”, explicó el cineasta.
Amor a distancia
Amor a distancia
“Es interesantísimo, ahí se desarrollan relaciones de verdad de amor. No es que nada más se hablan. Conocí personas que están completamente enamoradas sin haberse tocado. Tienen fotos; es un amor real, se mueren, pelean. Las riñas que hay ahí dentro por pleito de una mujer que tiene dos tipos de aquel lado… Fui nutriéndome de eso, hasta que creé con ellos, cómo funcionaría una relación así. Y La Victoria juega un rol central por mis personajes centrales, que ahora no voy a decir por qué”, resumió José María, quien agradeció el apoyo de la Procuraduría, los agentes y policía, así como de los internos. “No me puedo quejar. Eramos un crew pequeño. Nunca separamos un área para hacer la película. Siempre trabajamos junto a ellos”, concluyó.
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