PUNTA CANA. Diego el Cigala lleva tiempo haciendo salsa con flamenco, solo que ahora ha determinado hacerlo de lleno, tomar la alternativa con el toro por los cuernos, de una vez. Su nuevo disco “Indestructible” es una relectura de la salsa clásica con colores de hoy y el alma flamenca en bandolera.
La aventura la comenzó a rumiar desde hace 13 años, cuando gracias a ese detector natural para la gran música que tiene Fernando Trueba, le mostró el primer corte de director de lo que sería el aplaudido documental “Calle 54”, y Cigala le dijo “tengo que conocer a ese hombre”. Ese hombre, al que conoció al día siguiente, era Bebo Valdés. Ahí, ese día, en ese primer abrazo, comenzó a surgir, sin que nadie, ni el mismo Cigala lo supiera, Indestructible, un álbum que se convierte en el réquiem por Amparo, su mujer, fallecida hace un año y cuya alma sonreía, ayer, desde los rincones de la residencia de Punta Cana; pero un réquiem que más es la celebración de su vida.
El listado de canciones
La producción la componen los temas Moreno soy, de Francisco E. Alvarado “como un traje hecho a la medida; uno de los primeros temas que grabé para la maqueta”, dijo Diego al presentarlo. Luego, Juanito Alimaña, de Tite Curet Alonso. “Me gusta por lo callejero, por lo urbano, por lo nocturno”; enseguida uno de los temas claves de este álbum Conversación en tiempo de bolero, de René Touzet, en el que, según Cigala, sintió todo tiempo a Moncho el Gitano del Bolero, quien acaba de fallecer esta semana en Madrid. “Además, haber tenido la colaboración de Gonzalo Rubalcava, quien para mí es el mejor pianista en la disponibilidad, en la seriedad… Mi respeto para Horacio el Negro con la batería… Este fue uno de los pocos temas grabados en directo. Siempre los estudios son lo más frío del mundo. El que tiene que poner el calor y la salsa es uno!”, aseguró.
El paso de Encarnación, de Pedro Pablo Arenzola Mesa y Manuel López Quiroga Miqel, cuenta con la colaboración de Oscar D’León. Y aunque las primeras versiones fueron hechas en orquesta de charangas, la variante que más le gustó fue la que hicieron Johnny Pacheco y Rolando Laserie, y ciertos colores mágicos de cajón, guitarra, palmadas. Así mismo incluyó de Tite Curet el tema que popularizara Hétor Lavoe Periódico de ayer. El único tema inédito fue Fiesta para Bebo, una creación de Jaime Calabuch “Jumitus”, su pianista y compadre, quien le sirvió de GPS viviente por la ruta de la salsa, a saltos entre La Habana, Miami, San Juan, Cali y Punta Cana. Ese tema cuenta con la colaboración de la agrupación cubana Los Muñequitos de Matanzas, con quienes sin embargo “resulta el tema más añejo: un himno de Cuba, una fiesta para Bebo”, comentó Cigala.
Le sigue Se nos rompió el amor, aquel tema que Rocío Jurado grabó, de Manuel Alejandro y Purificación Casas Romero, que tanto le ha hecho llorar a Diego “por muchas razones de mi vida”. Con Indestructible de Ray Barreto, es como si cantara su propia historia “Quería rescatar al añejo, a los de la tierra, a los puros”, dijo refiriéndose a la salsa. Con El ratón, de Cheo Feliciano y Nick Jiménez, el cantaor reunió con el arreglo original de Bobby Valentín a los músicos originales de la Fania All Star como al propio arreglista, a Larry Harlow, Roberto Roena, Eddie Montalvo, Nicky Marrero, entre otros. “He tenido la suerte de tocar con estos genios, con ese sonido de atrás, tan fresco todavía. Esto es impagable. El día 1 de octubre vamos a presentar el disco en vivo en Puerto Rico. El disco está grabado y tengo ganas de salir de gira”, informó.
Hacha y machete de Enildo Padrón, fue el tema que según el propio Cigala, “más se me resistió. Lo subí un tono más. Es bastante difícil porque tiene mucha letra. Era rehacio a grabarlo. Hasta que Jumitus me dijo ‘Suéltate las melenas’. Y eso hice. En el momento de los soneos fue una odisea. Ahí es donde me he dejado la vida”.
El disco cierra con Como fue, de Ernesto Duarte, grabado solo a piano, con las manos de Gonzalito Rubalcava. “Fue grabado en vivo, pero me he acordado mucho de ese genio que fue Benny Moré”. Un punto final de oro, de un disco donde marcaría entre las más acertados logros, además de ese, Conversación en tiempo de bolero, El paso de Encarnación, Fiesta para Bebo y Se nos rompió el amor, en varias de las cuales participa también la Cali Salsa Big Band.
La historia del cantaor
Al finalizar de escuchar el nuevo álbum, al que asistieron, convocados por ejecutivos de Sony, una selección de periodistas de medios líderes de varios países, Diego el Cigala confirmó: “Para mí esto no es un disco, es mi historia personal. Es, mejor dicho, nuestra historia, y el mundo lo debe saber. Es mi historia tanto en la pena como en la alegría. Hemos hecho un disco muy alegre, en un momento de mi vida muy triste y muy difícil. En este disco que tanto me ha hecho llorar como me ha hecho reír, está la verdad. Cantándolo he dejado parte de mi vida. Siempre le voy a estar agradecido a Jaime Calabuch. Puedo dormir tranquilo y a pierna suelta, porque siento que hemos hecho lo que teníamos que hacer”.
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