Manuela Josefa Cabrera Taveras, mejor conocida como Fefita La Grande, lleva 40 años sobre los escenarios con su acordeón a cuestas, derramando alegría por toda la geografía nacional y más allá.
Ella sigue enterita, y recuerda el primer día de su debut, como la oí confesar en un concierto que ofreció este 3 de diciembre en el Centro Cultural de España.
Sobre los escenarios, esta popular artista se transforma con los arpegios de la güira, el acordeón, la tambora, el saxafón y su melodiosa voz, con sus candentes movimientos de cintura, que invitan a danzar.
Son movimientos graciosos nunca exentos de sensualidad al compás de unas letras con doble sentido que no rozan la vulgaridad, propios de expresiones extraídas del pueblo dominicano: te menea o te apea/ /a toda mujer chiflera se le hincha la rodilla…
A la güira, la tambora y el acordeón que usa como instrumentos el merengue de perico ripiao, le ha añadido saxofón, bajo, obteniendo un producto que cumple con las exigencias de rapidez del mundo de hoy, tanto en las zonas urbanas como rurales.
Es una especie de “show woman”, de la idiosincrasia del dominicano, que muchas veces, hasta por hipocresía el mundo urbano, inevitablemente, oculta.
Esta “Doña del Merengue” forma parte de un movimiento artístico integrado por Guandulito, Rafelito Román, El Ciego de Nagua, María Díaz, Tatico Henríquez, El Prodigio, Trio Reynoso y la lista interminable que vive en el alma del dominicano, cuya popularidad se regatea en la zona urbana.
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