John Emilio Percival Matos no era un alumno excelente ni en las calificaciones ni en el comportamiento, era promedio. Así lo recuerda la directora del Colegio Salvador Sturla, de la avenida Doctor Delgado, donde hizo la secundaria.
“John Emilio, como siempre le decíamos, era muy sentimental. Tuvo amores casi todo el bachillerato con una alumna del colegio, lo que me dice que no era un inestable, y en realidad el John que veo ahora, nunca lo hubiera pensado”, confesó a Diario Libre Sonia Carrasco.
Sin embargo, Carrasco destaca que no dejaba materias, pasó el bachillerato y las Pruebas Nacionales. Según dice, nunca dio un perfil de “delincuente” y su comportamiento era el de la generalidad de los adolescentes.
“Si había cualquier can (actividad) John estaba ahí, era de los primeros, pero tampoco nunca fue la cabeza de ningún desorden. Hay alumnos que marcan y John no marcó nunca, no puedo decir que era un antisocial”, añade a su relato.
Dijo que luego de que John Emilio terminó el bachillerato, regresó al colegio para hablar con ella sobre su primer hijo.
“Lo tuvo con una exalumna de allá (del colegio). Y me decía, Sonia yo no sé si es mío…, y eso fue después de haber salido del colegio, dime tú si no tenía un sentimiento bonito, entonces, imagínate una persona así cómo puedo catalogar lo que hizo ahora, no puedo”, sostiene.
John Emilio, como lo recuerda la directora del centro educativo, terminó la secundaria en el año 2001. Saber de su muerte es algo que lamenta. Él era buen compañero, también recuerda.
“Yo lo he sufrido porque como quiera que sea uno tiene cierto aprecio por sus alumnos y no era un muchacho que pintaba eso que sucedió ahora, no sé qué cambió”, manifiesta.
Un amante de los vehículos
Sorprendida por los delitos que cometió John Percival Matos antes de su muerte, la hija de Sonia Carrasco, Layra Abuyot, cuenta que el joven solía compartir con los familiares de aquella novia que tuvo en el bachillerato.
Según ella, John Percival era un amante de los vehículos.
“Cuando estábamos en el colegio le gustaban mucho los carros, ponerlos bonitos. Él tenía una ‘Coupe’ (carro de dos puertas) en ese tiempo y él decía que quería vender carros y traerlos de Estados Unidos para venderlos aquí y esas eran sus aspiraciones”, precisa la joven, quien cursaba un grado menor que él.
A mediados del bachillerato, John Percival Matos cambió su afición a los vehículos por la de los aviones, motivado por unos compañeros de estudios que querían ser pilotos. Uno de ellos lo logró.
Dos años atrás
Cuando Percival concluyó la relación con la compañera de Layra Abuyot, esta perdió contacto con él. Pero hace dos años, volvieron a hablar porque ella estaba regalando una perrita y este la contactó porque la quería para su hijo.
“Ahí conocí a la mamá de su niño y él era muy cariñoso con ese niño, era la luz de sus ojos. Cuando me contactó me dijo que quería hacerle el regalo porque el niño quería la perrita”, sostuvo.
¿Crees que tenía problemas económicos?
“Yo creo que sí, porque ellos vivían lejos y cuando me contactó me dijo que se le hacía difícil recoger el cachorrito porque no tenía vehículo. Como a ellos los vincularon con lo del avión (robo de un avión en el aeropuerto internacional Joaquín Balaguer “El Higüero”), quizá se le hizo difícil conseguir trabajo después de eso. Tal vez estaba pasando por una situación económica que no era la acostumbrada”, agregó.
Destaca DiarioLibre que los restos del exteniente del Ejército John Percival Matos, acusado de encabezar una banda que asaltó dos camiones de valores y una sucursal del Banco Popular, fueron sepultados el 30 de diciembre en el Cementerio Nacional, en la avenida Máximo Gómez. Fue muerto a tiros dos días antes a manos de agentes policiales, quienes lo encontraron en una cabaña en Bonao, tras varios operativos para dar con su paradero.
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