La empresa Odebrecht estaría teniendo problemas para responder a sus compromisos financieros y al pago de las multas impuestas en varios países por sobornar a funcionarios para obtener contratos para la ejecución de obras.
Una publicación del periódico brasileño Folha indica que los ejecutivos de la empresa están solicitando ayuda del Ministerio Público Federal de Brasil para renegociar el cronograma de pagos que se comprometió a realizar como parte del acuerdo de delación premiada con la justicia de ese país.
En una publicación que recoge el periódico Diario Libre que la empresa argumenta no tener flujo de caja, debido a las sanciones que le están imponiendo las autoridades de varios países, según un nota del fin de semana pasado.
La constructora se comprometió a pagar unos US$2,600 millones a Brasil, Estados Unidos y Suiza, como compensación por sobornar a funcionarios. Los pagos por país se distribuyen en 80%, 10% y 10%, respectivamente.
En la República Dominicana, la empresa acordó pagar US$184 millones como compensación por el soborno de US$92 millones que habría pagado a funcionarios, según anunció el viernes pasado el procurador Jean Alain Rodríguez. Odebrecht ha hecho acuerdos de pagos con Perú, Panamá, Colombia.
Según la publicación de Folha, desde que el Departamento de Justicia de Estados Unidos publicó los pagos de sobornos en por lo menos 11 países, Odebrecht está enfrentando dificultades para vender sus activos, y tiene atrasos en las negociaciones de multas con las autoridades del exterior.
Ya en Perú, el Gobierno de ese país decidió rescindir un contrato millonario, de unos US$7,000 millones, para la construcción de un gasoducto, debido a que el consorcio que tenía la obra, en el que Odebrecht tiene más del 50% de participación accionaria, no logró conseguir financiamiento. Así lo declaró la semana pasada el ministro de Energía y Minas de ese país.
En información publicada por el periódico La República de Perú se hace referencia al temor, ya expresado por Estados Unidos, de que la empresa quiebre, y no sea capaz de pagar las multas, debido a la situación que se le presenta con el gasoducto.
Varios medios de ese país también se hacen eco de que distintas entidades financieras decidieron no aportar dinero para la construcción del gasoducto, mientras la empresa brasileña permaneciera como inversora.
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