Llega un momento en la vida en que conocemos el significado del dinero, justo en ese momento empieza a tener sentido aquella máxima de que “nada en la vida es gratis”.
Recuerdo haber escrito que la finalidad del estado es generar el bienestar de todos los ciudadanos, al igual llevo grabada aquella parte de la constitución donde el estado debe garantizar la salud y el derecho a la seguridad social, pues claro, bailan juntitos artículos 60 y 61. Pero, a pesar de todo eso, como aquí la salud pública de calidad es una utopía, los médicos nunca cobran lo suficiente y los parquímetros hablan, pelean, andan con un palo y no le reportan ni un centavo al gobierno, este sistema de seguridad social, para que funcione, lo tenemos que pagar.
Como no estamos en Dinamarca, que se pagan muchos impuestos y poquito de Seguridad Social, el 21.20% del dinero que generamos como asalariados va para garantizar esos beneficios que nos ofrece la Seguridad Social, es decir, si ganas diez mil pesos (10,000$RD), un poco más de dos mil pesos (2,120$RD) va para la causa ¡pero espera! no te asustes, de estos, el empleador paga un supuesto 15.39%. Digo supuesto porque vamos, seamos honestos, el empleador no saca eso de sus bolsillos o ganancias, como en cada sistema, esto se le grava a los precios o servicios que este ofrece y en caso de los empleados públicos, ya saben que eso lo pagamos los contribuyentes, lo cual es más justo, porque del monstruo DGII es difícil zafarse.
Fuente: Dirección de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA)
Pero esto no es del todo malo, es muy bueno tener acceso a atenciones privadas en salud donde la mayor parte de los hospitales parecen casas del terror, y ni hablemos de la importancia de asegurar, por poco que sea, al momento que llegue, el beneficio de la pensión, en esta nuestra patria que tanto discrimina los envejecientes.
Por el: Lic. Pedo Enrique Alcántara Polanco, experto en Seguridad Social.
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