Corea del Norte disparó este domingo un misil balístico que cayó en el Mar de Japón, una “provocación”, según el gobierno surcoreano, destinada a poner a prueba la respuesta del nuevo presidente norteamericano Donald Trump.
La reacción del mandatario no se hizo esperar y Trump dijo estar apoyar al “100% a Japón”, cuyo primer ministro Shinzo Abe calificó de “absolutamente intolerable” el lanzamiento del cohete frente a las costas de su país.
El misil fue disparado en dirección del Mar del Japón a las 07H55 locales (22H55 GMT del sábado) desde la base aérea norcoreana de Banghyon en la provincia de Pyongan del Norte (noroeste), indicó el ministerio de Defensa surcoreano.
Tras una trayectoria de unos 500 kilómetros hacia el este, el misil cayó en el mar, precisó un portavoz del ministerio, agregando que queda por determinar de qué tipo de misil balístico se trató.
“Parece que el lanzamiento de hoy estaba destinado a llamar la atención a través del desarrollo de las capacidades nucleares y misilísticas” de Corea del Norte, comentó el vocero. “También creemos que se trata de una provocación armada para probar la respuesta del nuevo Gobierno norteamericano bajo la presidencia de Trump”.
La agencia de noticias Yonhap indicó que los militares surcoreanos sospecharon inicialmente que se trató de un misil de rango intermedio Musudan, aunque luego se inclinaron hacia la posibilidad de un misil de tipo Rodong, cuyo alcance oscila entre 900 y 1.500 kilómetros según la carga que transporte.
En octubre pasado, Pyongyang había probado misiles Musudan en dos oportunidades, ambos disparados desde la misma base aérea de Banghyon.
– Reacción desde Mar-a-Lago –
El disparo de misil ocurrió mientras Trump se encontraba en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, junto a Shinzo Abe, con quien jugó al golf tras las reuniones de trabajo en Washington.
“Quiero que todo el mundo comprenda y sea consciente del hecho que Estados Unidos está detrás de Japón, su gran aliado, en un 100%”, dijo Trump.
Durante la visita de Abe a Estados Unidos, Washington reafirmó su compromiso a garantizar la seguridad del aliado asiático.
“Vamos a trabajar juntos para promover nuestros intereses comunes, que son numerosos en la región, incluyendo la libertad de navegación y la defensa contra la amenaza nuclear y de misiles de Corea del Norte”, dijo Trump.
Por su parte, Abe dijo que el lanzamiento del misil era “absolutamente intolerable” y urgió a Corea del Norte a “respetar plenamente” las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU al respecto.
Seis paquetes sucesivos de sanciones impuestas por la ONU desde un primer ensayo nuclear norcoreano en 2006 no han logrado disuadir a Pyongyang de seguir adelante con lo que asegura es un programa de carácter puramente defensivo.
Los analistas divergen sobre cómo de cerca está Pyongyang de lograr sus aspiraciones nucleares pero todos coinciden en que ha logrado enormes avances en esa dirección desde la llegada al poder de Kim tras la muerte de su padre, Kim Jong-Il, en diciembre de 2011.
– La meta irrenunciable de Kim –
Durante una visita a Seúl a principios de mes, el nuevo secretario de Defensa norteamericano James Mattis advirtió a Pyongyang que todo ataque nuclear recibiría una respuesta “eficaz y avasallante”.
“Cualquier ataque a Estados Unidos o a nuestros aliados será derrotado y cualquier uso de arma nuclear recibirá una respuesta que será eficaz y avasalladora”, dijo Mattis.
El primer ministro australiano Malcolm Turnbull también condenó el lanzamiento como “una mayor amenaza a la paz y estabilidad regionales” y prometió trabajar con Pekín, Seúl y Tokio para incrementar la presión sobre Pyong Pyang.
En 2016 Pyongyang realizó dos disparos de misil en su plan hacia el desarrollo de armas nucleares capaces de alcanzar el territorio norteamericano.
En enero, el líder norcoreano Kim Jong-Un dijo que su país se encuentra “en las últimas etapas” del desarrollo de un misil balístico intercontinental (ICBM), en un aparente desafío a Trump, que replicó de inmediato tuiteando: “eso no va a suceder”.
Un diplomático norcoreano tránsfuga que se exilió recientemente en Corea del Sur aseguró que Kim está intentando avanzar hacia su meta de alcanzar el arma nuclear aprovechando la transición de poder en Corea del Sur –donde la presidenta fue recientemente destituida– y en la Casa Blanca
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