En los tiempos en que Donald Trump es presidente no sólo de ruedas de prensa viven los medios, basta con un tuit para ser noticia. Los buenos comunicadores lo saben y por tal razón cuidan lo que dicen y lo que escriben.
Euri Cabral debería saberlo, quizás por la emoción en la rendición de cuentas del presidente se le chispoteó y por un tuit de @SIN24HORAS dónde la diputada Faride Raful decía que Danilo no debió esperar hasta su discurso para referirse al caso Odebrecht, el comentarista apeló a dos razones para descalificar su intervención: ser de un partido diferente al del presidente y ser muy “joven” en la política.
Buena clase de historia le dió Faride, al responderle lo siguiente: “@euri_Cabral Bajo ese razonamiento el joven Duarte tampoco debió trazarle pautas a Haití, ni luchar por la independencia que hoy celebramos”, y yo me tomo el atrevimiento de recordarle una lección básica de escuela dominical, de la que él, por ser pastor evangélico, debe saber más que yo: ¿No era joven David cuando pastoreando las ovejas de su padre lo usó Dios para derribar a Goliat?, o ¿no tenía Josías tan solo 8 años cuando reinó sobre Israel y Judá?. Yo soy más joven que usted, ‘debería’ saberlo…
No sé como funcionaban las cosas en los tiempos en que usted era joven, pero en esta década dónde según la ONE más de un 34% (y creciendo) de la población dominicana tiene edades comprendidas entra 15-35 años, ‘ser joven’ no es un problema. Los jóvenes somos el motor y el dinamismo de este país, tenemos facultades y espacios libres para expresar lo que pensamos. Descalificar una opinión por el simple hecho de ser joven dice mucho de usted como persona y como profesional de la palabra que es.
Ojalá la “dema” con Faride sea sólo cuestión de partidos, y la conjetura sobre la juventud y la incapacidad no se extienda a los jóvenes de su congregación y sus empresas.
Por: Miguel Oniel Díaz
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