Apenas unos metros separan la antigua Babilonia de Jerusalén y en ambas sólo se habla brasileño. Recreadas en unos colosales estudios en Río de Janeiro, la segunda mayor red de televisión de Brasil escenifica ahí pasajes bíblicos… para convertirlos en telenovelas de éxito.
Mientras asistentes con “havaianas” corretean por el palacio para retocar el maquillaje a actores esculturales, una veintena de técnicos prueban los tres rieles de “travelling” y uno de los encargados de producción recuerda a gritos las instrucciones a más de 50 figurantes vestidos con túnicas.
Aunque algunas secuencias utilizarán una recreación 3D, la mayoría son rodadas en estos estudios al estilo de Hollywood, que se extienden en un gran descampado a las afueras de Rio. Por ese arenal caluroso pasean burros y cabras con sus cuidadores, mientras a lo lejos se vislumbra un gran templo babilónico o las calles de la “Ciudad Santa”.
“En 27 años de oficio, nunca vi un escenario como este. Es un proyecto muy audaz y será una historia lindísima. Como guión, la Biblia es fantástica”, dice Edgard Miranda, emocionado de dirigir por primera vez un culebrón al estilo “Ben-hur” para Rede Record, la televisión propiedad del polémico obispo evangélico Edir Macedo.
– El poder de la “Universal”-
En un país donde las telenovelas generan una pasión equiparable al fútbol y la poderosa TV Globo tiene en la parrilla guiones que a veces plantean debates en torno al aumento de parejas gays o la discriminación racial, Rede Record encontró su nicho de mercado lejos de la cotidianidad.
El canal de Macedo -fundador de la influyente Iglesia Universal del Reino de Dios- cautivó a los brasileños, con novelas protagonizadas por figuras y profetas del Antiguo Testamento que, entre intrigas y romances, pregonan la palabra de Dios.
Son historias que “plantean conflictos muy actuales con un gran sello de calidad”, pero el “gran acierto de Record ha sido volver a traer a toda la familia frente al televisor” ante temáticas “inapropiadas” en ese horario, asegura Miranda, un elegante carioca de 44 años que se formó en TV Globo.
Con varios actores y trabajadores de la competencia ahora en su nómina, el canal que hizo famosos los programas nocturnos conducidos por pastores con el lema “Pare de sufrir” empezó a producir miniseries religiosas hace seis años.
Ante la buena respuesta del público, en 2015 apostó en grande y lanzó la primera telenovela bíblica de Brasil: “Los Diez Mandamientos”, que tuvo un éxito milagroso, llegando a desbancar en algunos episodios a TV Globo y a exportarse a varios países.
Después, el canal lanzó “La tierra prometida” y en marzo llegará “El rico y Lázaro”, que plantea la disyuntiva de ir al cielo o al infierno en función de las elecciones vitales de sus dos protagonistas.
“La novela da algunos preceptos de conducta ética. Las personas están cansadas de este cotidiano tan agresivo, tan grosero, donde no hay respeto para muchas cosas”, asegura uno de los villanos de la serie, Cassius Scapin, que interpreta a un sacerdote corrupto.
– Un negocio redondo –
Acusado en 2011 de lavar millones de dólares obtenidos con falsas promesas a los fieles y de esconder esos fondos al fisco, Macedo no escatima recursos para su nueva gallina de los huevos de oro.
Su canal destina unos 230.000 dólares por cada uno de los 150 capítulos de sus telenovelas, con episodios que en “Los Diez Mandamentos” fueron grabados incluso en Israel o Angola.
El poder de las iglesias evangélicas es patente en Record y no deja de crecer en el país con más católicos del mundo, donde casi una cuarta parte era evangélica en el último censo de 2010. En Rio, su influencia se hizo recientemente evidente con el inicio del mandato del alcalde Marcelo Crivella, sobrino de Macedo y exobispo de “La Universal”.
¿El éxito de las telenovelas evangélicas refleja, entonces, el nuevo Brasil?
Para Nilson Xavier, crítico y autor de “Almanaque de la telenovela brasileña”, no tanto.
“No es que el público brasileño sea tan religioso. México, el otro gran productor de novelas, es un país mucho más religioso y menos liberal. Independientemente que las novelas bíblicas tengan la función o no de adoctrinar, definitivamente Record logró un producto diferenciado, de gran calidad y un negocio que sobre todo atrae a los anunciantes”, estima Xavier.
Pero, listo para entrar en escena en las calles de Jerusalén, el figurante Robespierre Costa -de 62 años, converso desde hace 20- tiene claro el poder de estos particulares “Universal Studios”.
“El evangelismo se basa en propagar la palabra de Dios por las cuatro esquinas. Si tú pones una telenovela evangélica, hasta quien no es evangélico se conmueve y las personas dicen ‘Ah, Dios existe, Dios es poderoso’ y van a buscar una iglesia”, asegura.
Comentarios
Publicar un comentario