China, Chile, la Unión Europea (UE) y Corea del Sur cerraron este lunes total o parcialmente sus mercados a las carnes brasileñas, tras revelarse sospechas de cortes adulterados para consumo humano en 21 frigoríficos.
Las denuncias golpearon de lleno a JBS y BRF, dos gigantes del sector en Brasil, primer exportador mundial de carne bovina y aviar, que lucha por salir de dos años de recesión.
También pusieron bajo tensión la relación de la principal economía latinoamericana con algunos de sus socios comerciales, empezando por Chile, contra el que amenazó con tomar represalias en caso de cierre total de su mercado.
“Esperamos que más de 30 países cuestionen a Brasil por este asunto”, dijo el ministro de Agricultura, Blairo Maggi, en una rueda de prensa en Brasilia
Pero si todos impidieran la entrada de sus carnes, sería “un desastre” para Brasil, admitió.
Maggi subrayó que los funcionarios brasileños estaban explicando a los importadores que la denuncia de la Policía Federal (PF) sobre el comercio de productos vencidos o en mal estado, presuntamente “maquillados” en algunos casos con ácido, está “circunscrita a 21 plantas”, cuyas actividades de exportación ya fueron suspendidas.
La investigación echó luz sobre una trama en la que inspectores sanitarios supuestamente recibían sobornos de los frigoríficos para autorizar la venta de alimentos no aptos para ser consumidos.
Más de 30 personas fueron detenidas y tres de los 21 frigoríficos investigados fueron clausurados temporalmente.
El caso potenció la crisis de credibilidad que vive el país desde que la Operación Lava Jato reveló gigantescos desvíos de dinero público de la estatal Petrobras hacia la política.
China -segundo comprador de carne vacuna y aviar de Brasil- frenó el ingreso de cortes brasileños, a la espera de explicaciones sobre el caso.
“Hasta recibir las informaciones, China no desembarcará carnes importadas desde Brasil”, publicó el Ministerio brasileño en su sitio de internet.
“El escándalo de la carne podría ser la última amenaza para la recuperación de Brasil”, resumió la consultora Capital Economics en una nota
– Advertencia a Chile –
Chile, sexto importador de carne roja brasileña, decretó un bloqueo temporal.
“El Ministerio de Agricultura de Chile ha dispuesto, a partir de esta fecha, el cierre temporal del mercado chileno a todo tipo de carnes provenientes de Brasil”, informó la embajada en Brasilia, citando al ministro de Agricultura, Carlos Furche.
Maggi advirtió que si el país andino no restringe la veda a las 21 plantas investigadas, podría haber “una reacción fuerte” de Brasil y aseguró que ya obtuvo para ello el aval del presidente Michel Temer.
“También somos grandes importadores de productos chilenos, como peces, frutas, manzanas. Y hay productores brasileños que viven reclamando que deberíamos crear barreras” contra eso, dijo el ministro, un poderoso productor de soja y exgobernador del estado de Mato Grosso (centro oeste), de 60 años.
“Si tuviera que tener una reacción más fuerte con Chile, la tendré sin duda alguna”, agregó.
– Carne Débil –
Corea del Sur suspendió la distribución de pollos ya importados para “verificar la calidad de la mercadería”, según informó su embajada de Seúl en Brasilia, que aclaró que el país no tiene planes de cerrar su mercado.
La Unión Europea (UE), por su parte, pidió al país sudamericano “que elimine de inmediato a los establecimientos implicados en el escándalo de la lista aprobada por la UE”, dijo el portavoz de la Comisión Europea, Enrico Brivio.
La investigación bautizada “Carne Débil” coincide con los esfuerzos para acelerar el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la UE, que tiene en el sector alimentario uno de sus capítulos más espinosos.
El gobierno alegó que solo 21 de las 4.837 plantas que operan en el país están bajo sospecha y que apenas seis realizaron exportaciones en los últimos 60 días.
Temer afirmó el domingo que “la manera como se dio la noticia pudo haber creado una preocupación muy grande” e invitó a un nutrido grupo de diplomáticos a una parrillada en Brasilia.
Las imágenes del jefe de Estado comiendo con entusiasmo trozos de carne asados a la espada tapizaron los periódicos.
– Competencia –
Con la economía en un pozo y el desempleo afectando a 13 millones de brasileños, una crisis en el sector cárnico es lo último que necesita el país.
La industria facturó más de 13.000 millones de dólares en 2016 y emplea directa o indirectamente a seis millones de personas. En 2016, las exportaciones de carne de pollo superaron los 5.900 millones de dólares y las de carne bovina llegaron a 4.300 millones, según datos del Ministerio de Desarrollo y Comercio Exterior (MDIC).
El sector frigorífico y los exportadores de carnes advirtieron que poner en tela de juicio la calidad de los productos brasileños favorecerá a los competidores.
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