El presidente boliviano, Evo Morales, anunció que hará una campaña para despenalizar a nivel mundial el mascado de la hoja de coca, costumbre ancestral en su país, días después de que el Congreso amplió el límite para el cultivo legal de esta planta.
La exportación de la planta está prohibida por la Convención de Viena de 1960.
“Ahora lo que nos toca es (ver) cómo despenalizar el ‘pijcheo’, el ‘acullico’ [expresiones con las que se conoce el mascado de coca] a nivel mundial, es el próximo desafío que tenemos, vamos a hacer campaña”, afirmó el gobernante en un acto público.
El Congreso, controlado por mayoría oficialista, reformó la semana pasada una ley de mediados de la década de 1980 para ampliar de 12.000 a 22.000 hectáreas la extensión máxima de cultivos de coca para fines legales como el mascado, la infusión y los rituales religiosos andinos.
Morales señaló que está pendiente de realizar un viaje por Europa para ir “cancillería por cancillería” para encontrar apoyo a su causa.
Con la nueva norma, Bolivia deberá tener 14.300 hectáreas en la región de los valles subandinos de Yungas, donde se siembra desde tiempos precolombinos, y 7.700 en la región de Chapare, en el centro del país, donde Morales fue dirigente y comenzó su vida política.
La ampliación de cultivos ocurre después de fuertes reclamos de campesinos cocaleros, viejos aliados de Morales, y en momentos en que el gobernante, en el poder desde 2006, afina su estrategia para permanecer en el poder hasta 2025.
El gobierno había reconocido un estudio financiado por la Unión Europea en 2013 que estableció que la demanda legal no debería superar las 14.700 hectáreas, pero luego señaló que ese dato está desactualizado y contiene imprecisiones de consumo.
Además, el oficialismo dijo que la industrialización de la coca con fines medicinales y la venta de productos derivados de la planta al extranjero, que sí es legal, como a Ecuador y Venezuela, amerita una nueva frontera agrícola.
“Nuestro gran deseo es cómo ampliar el mercado interno y la industrialización para el mercado externo”, afirmó Morales.
Los opositores criticaron la nueva ley, al asegurara que la coca del Chapare no es usada para fines legales y termina alimentando la producción de cocaína.
Datos “estimados de industrialización muestran que, con esta coca desviada, se podría producir casi 100 TM de cocaína al año”, afirmó el expresidente y opositor Jorge Quiroga, quien dijo que “la coca del Chapare se destina al narcotráfico”.
Bolivia tiene en la actualidad 20.200 hectáreas para cultivar la planta, según la ONU, y es el tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Colombia y Perú.
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