La escritura parecida de estos sustantivos gastronómicos suele causar confusión sobre sus significados y la inapropiada impresión, en algunos, de que salcocho es el único vocablo adecuado, por lo que en los medios de comunicación vemos frases como estas: «Bernat, quien es domínico-puertorriqueño, cuenta que le gusta bailar merengue y bachata, y comer salcocho» o «Dentro de los platos presentados en la modalidad salada estuvieron albóndigas corazón de La Vega, salcocho de gandules…».
Cuando hablamos del plato típico de la cocina dominicana, el término asentado es sancocho, tal como se puede consultar en la entrada correspondiente del Diccionario de la lengua española. El sustantivo salcocho es válido también, pero se refiere, más ampliamente, a la preparación de un alimento mediante su cocción en agua y sal (salcochar).
De modo pues que en los ejemplos citados habría sido más preciso escribir sancocho y no salcocho: «Bernat, quien es domínico-puertorriqueño, cuenta que le gusta bailar merengue y bachata, y comer sancocho» y «Dentro de los platos presentados en la modalidad salada estuvieron albóndigas corazón de La Vega, sancocho de gandules…».
Cabe mencionar que el término sancocho se emplea en Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico y Venezuela con más o menos el mismo significado que en la República Dominicana. En cambio, en Cuba y Uruguay tiene una connotación despectiva: ‘comida mal preparada, insulsa, pobre en ingredientes’. En Cuba también significa ‘resto de comida que se utiliza como alimento para los cerdos’.
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