Cristóbal Bertoglio, investigador del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Universidad de Chile, creó un método que permite, mediante un algoritmo, medir la presión de la sangre de las arterias del corazón para diagnosticar las obstrucciones que producen los infartos sin intervención quirúrgica.
Bertoglio aseguró, en declaraciones a Efe, que de esta forma se evita utilizar un catéter, un alambre que se introduce dentro de la arteria para medir la presión, “y, por lo tanto, hay mucha más comodidad y seguridad para el paciente”.
Con esta ecuación matemática se relaciona la velocidad con la presión de la sangre, de forma que con la presión se pueda calcular la velocidad y con la velocidad se pueda calcular la presión.
“La idea es que los médicos midan la velocidad de la sangre y calculen a través de una resonancia magnética la presión de esta en el computador”, explicó.
Así, se evita la intervención “ya que para introducir el catéter hay que anestesiar, usar rayos X y se necesitan varias personas aparte del cardiólogo, un anestesista, una enfermera y un pabellón y no es un procedimiento demasiado corto”, añadió.
El investigador consideró que otra posible ventaja de este algoritmo sería “intentar” hacer predicciones en el computador y, simulando al paciente en otras condiciones, realizar una operación virtual.
“Con eso se puede tratar de predecir cuál sería el flujo y la velocidad y presión de la sangre en esa nueva configuración, antes de operar al paciente, o antes de que empeore”, indicó Bertoglio.
El también doctor en Matemáticas Aplicadas por el Instituto Nacional de Investigación en Informática y Automática (INRIA) y la Universidad París VI precisó que este procedimiento está actualmente en fase de validación experimental con una aorta de plástico.
El experimento se desarrolló en la Universidad Católica de Chile, donde tomaron la imagen de un paciente, hicieron una impresión 3D de la arteria, la conectaron a una bomba de agua y lo metieron en un resonador magnético.
“Así se puede medir la velocidad de la sangre por un lado y además introducir un catéter y medir las presiones, con eso podemos comparar el método no invasivo con las medidas invasivas de una forma segura, sin tener que hacerlo en un paciente todavía”, señaló.
Con unos resultados que indican que el método funciona y que tiene “bastante buena precisión”, Bertoglio anunció que intentan mejorarlo antes de empezar a tratar a los pacientes.
“Estamos trabajando en un algoritmo más avanzado que pueda recuperar la presión con la cantidad justa y necesaria de imágenes de resonancia magnética para hacerlo competitivo y práctico”, finalizó. EFE
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