Uno de los principales problemas que puede aparecer en los ojos es la tensión ocular.
Es fundamental medirla en cada revisión oftalmológica, ya que una tensión ocular (más correctamente llamada presión intraocular) elevada es una de las causas del glaucoma.
La presión intraocular es la presión que ejerce en el interior del ojo el humor acuoso, cuando se rompe el equilibrio natural entre su producción y su reabsorción.
La tensión ocular elevada puede padecerla cualquier persona sin darse cuenta, pero en un plazo de tiempo, si ésta no se detecta y trata, es posible que provoque daños irreparables en el nervio óptico y se llegue, en última instancia, a la ceguera.
Según los especialistas, la tensión ocular no se produce a causa de ningún factor en concreto. Sin embargo, el problema sí puede verse favorecido por el estrés oxidativo. Las circunstancias que causan este tipo de estrés ocular sí vienen determinadas: puede ser la edad, el tabaco, la contaminación y la mala alimentación.
Por otro lado, aunque la tensión arterial alta no tiene que ver con la aparición de la tensión ocular, sí es cierto que una tensión arterial descompensada puede provocar diversas patologías oculares, debido a que en la retina se encuentran numerosas venas y arterias. Una patología provocada por una alta tensión arterial puede ser la retinopatía hipertensiva, un aumento de la presión sanguínea sobre los vasos de la retina que también causa disminución de la visión.
La tensión ocular baja tampoco es la adecuada, pues ésta, aunque no provoca el glaucoma, induce en la aparición de otros daños en el nervio óptico muy parecidos. Los niveles normales de la tensión ocular deben estar entre 10 y 20 mmHg (milímetros de mercurio). Sin embargo, también existe un tipo de glaucoma de tensión normal. Estos casos presentan unos valores de tensión ocular normales pero cuentan con daños en el nervio óptico debido a la patología que padecen.
Para evitar y prevenir la tensión ocular alta se pueden llevar a cabo una serie de consejos saludables como practicar deporte, no fumar y no abusar del alcohol. Además, una dieta variada y equilibrada evitando la sal, harinas y azúcar refinado también favorecen la prevención de esta patología ocular. Con estos y otros hábitos también se pueden prevenir otras enfermedades oculares, que aparentemente no tienen importancia, como la tensión ocular, pero que es posible acarreen consecuencias con los años, informó Elconfidencialdigital.
Más de la mitad de las personas en España padecen tensión ocular, siendo un 5% de estas las que acaban con ceguera. De todas estas personas en España prácticamente la mayoría no sabe que lo tiene y cuando es diagnosticado ya es demasiado tarde. Si se diagnostica con tiempo, es muy probable reducir las posibilidades de padecer ceguera. Es por ello, necesario realizar un examen oftalmológico completo a partir de los 40 años de edad, sobre todo si existen antecedentes familiares con este problema ocular.
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