¿Sabías que tanto gatos como perros tienen muy poco desarrollado el sentido del gusto, siendo el olor el primer criterio de selección de su alimento? Nuestras mascotas tienen un comportamiento alimentario muy distinto a los humanos, que incluyen diferencias desde la percepción sensorial hasta el rol social que juega la comida.
Los perros tienen 1.700 papilas gustativas y los gatos 500, muy distante de los humanos que tenemos cerca de 9.000. Es por esto que a la hora de decidir qué alimento es el mejor para gatos o perros es necesario recordar que los animales, a diferencia de nosotros, no eligen sus preferencias alimenticias a través de la vista, ni discriminan por menús “humanos”. Su instinto animal los hace inclinarse primero por los olores, por esto olfatean su comida antes de saborearla.
La PALATABILIDAD es un concepto que reúne las características que hacen apetecible un alimento. En mascotas éstas son aroma, textura, sabor, forma y temperatura. En gatos y perros es el OLOR el factor clave que los hace consumir un alimento, NO el sabor. Es por esto que al momento de elegir un alimento de mascotas debemos considerar este aspecto clave por sobre los gustos de los humanos.
“Los productos que ofrecen sabores artificiales e ingredientes atractivos para las personas, no necesariamente reflejan una alta palatabilidad para nuestras mascotas, sino que responden más bien a frases publicitarias que son atractivas directamente para quien lo compra. Como por ejemplo, sabor a salmón o sabor a carne mechada”, indicó Francisca Montero, Médico Veterinario de Royal Canin.
Muchas personas creen que sus mascotas necesitan variar el sabor de su alimento, lo que es un mito que se ha masificado erróneamente en nuestra sociedad. Por ejemplo, si un perro pide comida cuando estamos sentados a la mesa o no quiere comer de su plato, responde a que busca demostrar que tiene dominio frente al acceso a los alimentos del grupo y no a que está aburrido de su comida.
“El papel social que juega el alimento en perros es algo que no debemos dejar pasar. En la naturaleza, los canes funcionan de forma jerarquizada, donde los individuos dominantes son quienes controlan el acceso a la comida. Por ellos es comprensible que nuestros perros desarrollen conductas para controlar el alimento sin que el apetito o el hambre estén implicados”, concluyó Francisca Montero.
Ya que somos los dueños quienes elegiremos entre un gran abanico de posibilidades la comida que le entregaremos a nuestra mascota, es que debemos velar por entregarle un alimento de alta calidad que integre los nutrientes necesarios, más allá del sabor.
Fuente: BioBioChile.cl
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