Desde el uniforme de Steve Jobs hasta las remeras de Mark Zuckerberg, la tendencia a simplificar el vestir es regla en la industria tecnológica. Un ex crack de fútbol neozelandés ideó el zapato que hoy llevan todos en el área de la bahía de San Francisco
Alguna vez fueron los Birkenstock, luego los Dr Martens, luego los Crocs… Allbirds se suma a la lista de calzado que un grupo social pone de moda: en este caso se trata de la fauna más trendy del mundo, la que habita en las ciudades de Silicon Valley.
Larry Page, co-fundador de Google, usa Allbirds. También el ex directivo de Twitter Dick Costolo, e inversores de riesgo como Ben Horowitz y Mary Meeker.
Según la empresa, es el zapato más cómodo del mundo. Aunque parece hecho de nubes, su material de fabricación exclusiva es lana merino con aceite de ricino. Las ovejas están en Nueva Zelanda —de donde es uno de los co-fundadores de Allbirds, el ex jugador profesional de fútbol Tim Brown— y la hilandería que procesa la fibra queda en Milán, Italia.
Allbirds es un objeto de deseo doble para los capitales de riesgo: la empresa consiguió USD 2,2 millones en una sola ronda de búsqueda de capital —en total, el emprendimiento que comenzó con una cuenta en Kickstarter ha recaudado en un año más de USD 9,95 millones— y sus zapatos se han convertido en una pieza esencial del uniforme de los inversionistas.
"Si hay un inversor de riesgo cerca, probablemente hay también un par de Allbirds", señaló The New York Times. Un par sale USD 95. La compañía, que tiene su sede en uno de los edificios más antiguos de San Francisco, se dispone a abrir su primer local en la costa este de los Estados Unidos, en Nueva York.
Allbirds tiene dos modelos, Runner (Corredor) y Lounger (Holgazán): uno con cordones, el otro liso. El primero se convirtió en moda inmediata; el segundo, que acaba de salir, "fue mucho más difícil de diseñar", según explicó Brown. "Se puede hacer muy poco con un calzado liso. Todo tiene que ser perfecto, porque no hay dónde esconder las imperfecciones".
Joey Zwillinger, co-fundador junto con Brown y ex entrepreneur de tecnología limpia, dijo que "entre los productos para el consumidor, el calzado es uno de los peores agresores del medioambiente".
El problema central son los materiales, y la dupla cree haber encontrado una solución en las fibras de merino de 17,5 micrones de ancho, la quinta parte de un cabello. Esa lana, además, permite lavar el calzado con agua fría, en el ciclo de lana o delicado en el lavarropas.
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