En temporada de huracanes, cuando tormentas gigantes como Harvey e Irma amenazan la seguridad y el bienestar de varias familias y personas, es importante entender las diferencias entre las cinco categorías clasificadas en la escala de huracanes de Saffir-Simpson.
La escala, que fue desarrollada por el ingeniero civil Herbert Saffir y el director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Bob Simpson, en 1969, clasifica los ciclones tropicales según la intensidad del viento.
En un video publicado por The Weather Channel, el meteorólogo Mark Elliot nos explica con claridad como varían los vientos de los huracanes a medida que aumenta su categoría y que daños podemos esperar en nuestro hogar y vecindario a raíz de las distintas tormentas.
Según explica Elliot, un huracán de categoría 1 genera vientos de entre 119-153 kilómetros por hora (74-95 mph), suficiente para provocar algunos daños materiales no muy graves como perder algunas tejas del techo o que se caiga algún árbol que ya estaba débil.
Un huracán puede subir a categoría 2 cuando registra vientos de entre 154-177 km/h (96-110 mph), una velocidad que pone en riesgo las ventanas de la casa y el mismo techo que comienza a sacudir por el viento y a generar ruidos inquietantes en el interior de la vivienda.
Cuando un huracán asciende a categoría 3, ya estamos frente a una tormenta seria y peligrosa, afirma el meteorólogo. Se trata de vientos con velocidades de entre 178-209 km/h(111-130 mph), capaz de provocar daños estructurales en ciertos edificios. A estas velocidades, el viento puede soplar y hacer volar la puerta de una casa, como también causar destrozos significantes en el techo de la misma.
Un huracán de categoría 4 genera daños aún peores, ya con árboles cayendo en el exterior de la casa y con la mayoría de las ventanas rompiéndose y las tejas del techo volándose fuera de vista. Estas tormentas pueden soplar vientos de entre 210-249 km/h (131-155 mph), como llegó a hacer el huracán Harvey.
Por último, un huracán de categoría 5 son todos aquellos con vientos superiores a los 250 km/h (≥ 156 mph) y puede causar destrucciones completas de viviendas a medida que los techos de las casas se van desuniendo de las paredes. Será difícil ver árboles en el vecindario que se mantengan firmes, y los daños serán "simplemente catastróficos".
Es el caso del huracán Irma, cuyos vientos han ascendido a velocidades históricamente altos de casi 300 km/h y podría llegar a Florida durante el fin de semana.
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