La Comic Con de Nueva York es, sin duda alguna, mi fin de semana favorito del año. Como un fotógrafo cuyo trabajo es emocionalmente agotador y me deja bastante aislado a veces, este evento es un paisaje onírico fantástico que cobra vida: múltiples realidades que convergen en un edificio de aspecto demencial, que son representadas por miles de personas que quieren ser fotografiadas. Es divertido, desafiante y muy extremo. Las piernas me siguen doliendo días después porque paso todo el tiempo detrás de personas y objetos que mis ojos no pueden creer.
Ya que no estoy tratando de "documentar" este caos visual, sino de sintetizarlo en imágenes sobre fantasía, comercio, obsesión y comunidad, siempre hay una desconexión entre mi persona y lo que está sucediendo a mi alrededor. No soy sólo un simple fan de muchas de las referencias culturales utilizadas para hacer cosplay, también siento un gran amor por las profundidades de este tipo de fandom. Los asistentes al evento han construido una comunidad que es inclusiva, salvaje y única. Sí, hay muchos disfraces de Rick and Morty. Pero en cada uno ves a alguien usando una referencia cultural colectiva para satisfacer sus propias fantasías, y todos los que la ven acaban por maravillarse. Es increíblemente inspirador, y es por eso que regreso cada año a dar vueltas por el lugar como un loco.
Michael Marcelle es un fotógrafo que vive en Nueva York. Puedes seguir su trabajo aquí.
Publicado originalmente en VICE.com
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