Las manifestaciones, que sucedieron en las principales ciudades del país suramericano, se enfocaban particularmente en la flexibilización del régimen de los trabajadores
Miles de personas se manifestaron este viernes en las principales ciudades de Brasil para protestar nuevamente contra las reformas promercado del gobierno de Michel Temer, especialmente contra una nueva ley laboral que entra en vigor el sábado.
En Sao Paulo, alrededor de 10.000 personas asistieron esta mañana al llamado de las principales centrales sindicales del país, mientras que en Rio de Janeiro varios miles hicieron lo propio en la tarde.
La protesta apuntaba particularmente a la flexibilización del régimen laboral, pero también al proyecto de endurecimiento de las condiciones de acceso a la jubilación que Temer espera aprobar antes de que termine el año gracias el apoyo del Congreso.
"Tenemos que protestar para impedir la destrucción del país, la pérdida de conquistas sociales y las amenazas contra la democracia", decía Telma de Barros, una profesora de 57 años que se manifestó en Sao Paulo, la capital económica y financiera de Brasil.
La reforma laboral otorga supremacía a los acuerdos colectivos en las empresas sobre las disposiciones legales en varios aspectos de la organización del trabajo. También crea la figura del trabajador autónomo exclusivo, pero sin vínculo permanente con la empresa, y carga los costes judiciales a los trabajadores que pierden procesos laborales.
Además, suprime la cotización sindical obligatoria.
Esas medidas forman parte de los ajustes gubernamentales de Temer destinados a recuperar la confianza de los inversores, en un país que sale a duras penas de dos años de recesión.
Otro de los puntos cuestionados en las manifestaciones fue el proyecto de reforma del sistema de jubilaciones, que pretende elevar la edad mínima y los periodos de cotización necesarios para obtener el beneficio integral de las pensiones.
"No hay ningún problema con el actual sistema, pero el gobierno está inventando motivos para modificarlo y perjudicar a los trabajadores. El pueblo siempre es el que paga", dijo Júlio Telmo, de 45 años.
En las marchas también hubo consignas contra el plan de privatizar Eletrobras, la mayor compañía de electricidad de América Latina.
Temer asumió el poder en 2016 tras la destitución de la izquierdista Dilma Rousseff y adoptó un programa económico ortodoxo de ajustes, logrando que el Congreso aprobara un congelamiento del gasto público por hasta 20 años y la flexibilización de los contratos de trabajo.
Pero dos denuncias de corrupción en su contra -ambas bloqueadas en la Cámara de Diputados- congelaron su gestión durante cinco meses y pusieron en jaque sus planes para las jubilaciones, su objetivo más ambicioso.
Los sindicatos, que ya realizaron una huelga general el pasado 29 de abril y varias jornadas de protesta con impacto limitado, propusieron este viernes hacer un paro nacional en caso de que el Congreso agende próximamente una votación de la reforma de jubilaciones.
Con información de Reuters
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