Puede que Enrique Iglesias esté acostumbrado a que le lancen sujetadores al escenario durante sus conciertos. Pero lo que está claro es que esta práctica no es nada habitual en Sri Lanka. Después de que el presidente del país, Maithripala Sirisena, pidiera que los promotores del concierto del cantante español fueran golpeados con la cola de una raya venenosa por el comportamiento de las fans, este lunes la empresa promotora ha pedido perdón por la “experiencia negativa” en un comunicado en el que no aluden a las palabras del presidente del país.
El concierto del pasado 20 de diciembre en Colombo de uno de los cantantes españoles de mayor éxito internacional estaba incluido en su gira Love and Sex World Tour. Este estuvo organizado por Live Events, una empresa propiedad de las estrellas de críquet Kumar Sangakkara y Mahela Jayawardene. En la nota, estos se declaran “impactados” y “apenados” por lo ocurrido. “Nos sentimos muy decepcionados porque este evento (…) haya terminado así”, aseguran. La empresa lamenta el retraso de la actuación de Enrique Iglesias y los errores de comunicación a los asistentes, así como las “inadecuadas” medidas de seguridad adoptadas. “Una disculpa no basta, sino que es necesario una compensación adecuada en forma de devolución, al margen de las pérdidas económicas que nos pueda suponer”, afirman los dos exjugadores, que ofrecen el reembolso a los asistentes que se sientan agraviados y la colaboración con las autoridades locales.
Las palabras del presidente
En su comunicado, no mencionan a las palabras del presidente Sirisena. El domingo, el mandatario criticó la forma en que se desarrolló el concierto y, en particular, determinadas prácticas que considera impropias de la cultura local. “Es un comportamiento incivilizado que va contra nuestra cultura (…). No digo que se azote con la cola de una raya venenosa a estas mujeres incivilizadas que se quitaron el sujetador, pero sí a quienes organizaron tal evento”, afirmó. En Sri Lanka no están si quiera bien vistas las muestras de afecto en público, incluso la policía ha llegado a detener a parejas por besarse en lugares públicos.
“Los jóvenes se emborrachan y se comportan de forma indecente. Algunas mujeres, bajo la influencia del alcohol, lanzaron sus sujetadores a los artistas o se subieron al escenario para besarle”, recordó, en un mensaje en el que también criticó que las entradas costasen hasta 35.000 rupias ceilandesas (unos 220 euros) y que el evento solo durara unas horas. Unos conciertos a los que incluso quiere poner fin: “Quiero destacar que estos conciertos indecentes no deberían recibir la autorización para celebrarse nunca más en Sri Lanka”.
Por ahora el cantante no ha reaccionado a las consecuencias de su primer concierto en Sri Lanka. Aunque tras su concierto sí se mostró muy animado con volver a actuar en el país: “Fuisteis increíbles esta noche. Me habéis dado un millón de razones para volver. Os quiero Colombo. El vídeo habla por sí solo”, publicaba en su cuenta de Instagram (poco más de cinco millones de seguidores) junto a imágenes del concierto.
Via: elpais.com
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