Un año después de que sus comentarios sobre la primera dama Michelle Obama dieran paso a su salida de Univisión, el presentador venezolano Rodner Figueroa llegó este jueves a la Casa Blanca para formar parte de la última celebración del 5 de mayo organizada por el presidente Barack Obama y su esposa.
En un frío Washington D.C., Figueroa y un grupo selecto de invitados escucharon la música del grupo mexicano Maná y desgustaron un menú compuesto de platillos de la ciudad de Puebla, cuya batalla ganada por del Ejército mexicano a mediados del siglo XIX se conmemora hoy.
Para el presentador de 44 años, su presencia en el evento fue una victoria personal, así como una muestra que “entre la primera dama y yo no hay ningún problema”, aseguró en exclusiva a People en Español.
“Es muy importante para mí estar en la Casa Blanca con el presidente Obama y Michelle Obama, no solamente en apoyo a la comunidad latina en Estados Unidos, sino porque es un momento de reconciliación y de aclarar cualquier malentendido que se hubiese dado”, resaltó.
En su opinión, su presencia en la mansión presidencial envía un mensaje claro. “Si yo hubiera sido una persona non grata, no me hubieran invitado a la Casa Blanca. Esto habla de su persona como de mi persona”.
Para Figueroa, los Obamas ven en él a “la persona, más allá que el personaje” que mostraba en el programa El gordo y la flaca (Univisión), en el que en marzo del 2015 hizo un comentario al aire sobre la primera dama que fue tildado por algunos de racista, algo que él ha negado categóricamente.
“[Los Obama] ven no solamente a Rodner Figueroa de la televisión, ven a alguien que hace una fundación a favor de Venezuela, que apoya a la comunidad latina. Ellos entienden que eso es importante también: impulsar a la comunidad latina en Estados Unidos”, señaló el fashionista acerca de por qué acudió al evento en la Casa Blanca.
“Es un momento importante políticamente en que la nación está dividida; esto es un mensaje que llama a la unidad y la reconciliación”, agregó.
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