Anne Hathaway siempre se ha distinguido por tener un cuerpo delgado, apegado a los estándares de Hollywood, además de ser dueña de una gran sonrisa y carisma, pero ahora, la actriz perdió esa figura ya que después del embarazo, como es normal, ha ganado algunos kilos. Pero esto no le preocupa, al contrario, está orgullosa de ello.
A través de su cuenta de Instagram, Anne publicó la foto de unos jeans los cuales tuvo que modificar porque ya no le quedaban. La imagen fue acompañada del siguiente mensaje: “No es ninguna vergüenza engordar durante el embarazo (o en cualquier circunstancia). No es ninguna vergüenza demorarte más de lo esperado en volver a perder ese peso (si es que quieres hacerlo). No es ninguna vergüenza tener que hacerte tus propios shorts, porque los del año pasado son muy cortos para los muslos que tienes ahora. El cuerpo cambia, el cuerpo crece, el cuerpo encoge. Todo es amor. No dejes que nadie te diga lo contrario. Paz”.
En una época en la que las celebridades acostumbran a pasearse por las alfombras rojas o las pasarelas con unas siluetas perfectas a semanas de dar a luz, Hathaway quiso utilizar su cuenta de Instagram para asegurarle a todas sus seguidoras que no es ninguna vergüenza tardar un tiempo en recuperarse tras un embarazo. La actriz puso su propio caso como ejemplo, después de verse obligada a “aceptar” el hecho de que aún no puede utilizar su antigua ropa.
Semanas atrás la protagonista de “El diario de la princesa” confesó en el programa “The Ellen DeGeneres Show” que convertirse en mamá la ha hecho sentirse mucho más segura de sí misma, ya que por fin ha dejado de importarle lo que los demás piensen de ella.
“Ser madre me ha cambiado. De hecho, ahora tengo mucha más confianza en mí misma, no en momentos como este, me refiero a otro tipo de situaciones”.
“Yo voy a un gimnasio de West Hollywood, donde te encuentras a tipos que parecen los entrenadores de Thor. La gente que entrena en mi gimnasio es la que tenía demasiados músculos para aparecer en ‘Los Vengadores’. Antes me sentía intimidada nada más entrar por la puerta, pero ahora no, porque pienso: ‘Sí, entreno con pesas de dos kilos, pero he expulsado un bebé de mi cuerpo y me siento muy bien conmigo misma'”.
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