La elegancia, gracia y estilo de la primera dama de Estados Unidos se reflejó, además de en su radiante sonrisa, en su vestido que por su brillo y autenticidad deslumbró a muchos.
En Instagram, la diseñadora Donatella Versace no pudo ocultar su emoción: “Me siento agradecida y honrada de haber tenido la oportunidad de vestir a la primera dama de Estados Unidos”, escribió.
La idea de Michelle para estar en sintonía con sus invitados de honor fue la de usar una prenda de la casa de moda italiana, pues a la residencia presidencial acudieron el primer ministro de Italia, Metteo Renzi, y su esposa, Agnese Landini.
Sin duda Michelle lució el look perfecto para una despedida épica: un vestido largo hasta el piso, confecciónado a la medida y único para la ocasión; un maquillaje discreto y el cabello al natural.
La gala fue amenizada por la cantante estadounidense, Gwen Stefani, y los alimentos proveídos por el famoso chef Mario Batali, de acuerdo con el Huffington Post.
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