La agencia Associated Press y la BBC lo contaron ayer: Anas al Basha ha muerto en Alepo, víctima de uno de los innumerables bombardeos que sufre la ciudad Siria desde hace meses. Anas al Basha tenia 24 años y se paseaba por la ciudad cuando podía con una peluca naranja, un sombrero amarillo lleno de flores de trapo y con la nariz pintada de rojo.
Soledad Gallego-Díaz: Murió ayer en un bombardeo, en Alepo
Anas era un clown, un payaso, que se había negado a abandonar Alepo en julio pasado, cuando lo hizo el resto de su familia, porque creía que los niños atrapados en la ciudad se merecían un poco de alegría y de risa en los momentos de calma, entre bombardeo y bombardeo. Era el director de un grupo llamado Espacio para la Esperanza, uno de esos grupos que crean los civiles, los paisanos, en medio de la furia de la guerra y del asesinato masivo, a fuerza de coraje y determinación, porque están decididos a conservar la razón y a dar testimonio de ella ante todo el mundo, especialmente ante los niños.
En Alepo siguen atrapadas unas 250.000 personas, de las cuales, unas cien mil son niños y adolescentes, según la ONU. No funciona ningún hospital, no hay reservas de alimentos ni de medicinas. Un portavoz de la ONU dijo ayer que se está convirtiendo en una tumba gigante. Lo último que se sabe de Anas al Basha es que estaba exhausto, muy cansado y débil, pero que continuaba con su trabajo día a día. Recuerden su nombre: se llamaba Anas, tenía 24 años y renunció a ser un refugiado. Murió ayer bajo un bombardeo en Alepo.
Fuente: cadenaser.com
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