El salsero Tito Nieves y la banquera Janette Figueroa dieron el sí ayer, ante Dios y un nutrido grupo de familiares y amigos, y a pesar de ser un día de mucha alegría para ellos, no pudieron evitar extrañar a algunos seres queridos.
En el caso del artista, por ejemplo, ni su progenitor ni su hijo pudieron estar presentes, pero quien más echó de menos fue a su fenecida madre.
“Mi mamá quería ver esta unión. Mi mamá se nos fue hace cuatro años, y mi papá de 88 años, que los cumple en dos días, me mandó con toda la bendición del mundo porque papá, aunque ya no viaja, me dijo que si mamá estuviera viva, estarían los dos aquí”, expresó el intérprete de Fabricando fantasías, quien se encuentra radicado en Orlando junto a su pareja.
Mientras, la ya esposa del cantante sintió mucho la ausencia de su hijo mayor, quien sirve en la Marina de Estados Unidos, y que por compromisos relacionados con su trabajo no pudo estar presente en el enlace.
No obstante, Figueroa fue entregada por su hijo Julián Antonio y su padre, Ramón Figueroa Sánchez.
Para los recién casados era un sueño cumplir con el sacramento del matrimonio y poder hacerlo en su tierra natal.
“Ya nos casamos oficialmente en Puerto Rico, la boda que tú siempre has querido, y para mí tus palabras son órdenes…”, le dijo a su esposa el llamado “Pavarotti de la Salsa” durante un encuentro con la prensa de la ceremonia que tuvo lugar en la Catedral San Juan Bautista, en el Viejo San Juan.
“Aquí estamos, frente a todo Puerto Rico, todo el mundo. Para mí es muy importante que sea en Puerto porque esta es la tierra que nos vio nacer a ambos”, continuó
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