Santo Domingo. Gerardo Félix Bautista Mena, uno de los acusados de la muerte del exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Mateo Aquino Febrillet, se “desplomó” ayer en la sala de audiencias del Sexto Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, con lo cual los abogados de la defensa lograron que el juez a cargo del caso aplazara la audiencia para el día tres de marzo.
A lo largo del proceso que estaba pautada para las 9:00 de la mañana, pero que inició pasada las 11:00, porque el abogado de Blas Peralta, Francisco Taveras, llegó tarde. Además, fue preciso hacer tres recesos a petición de los abogados defensores de los acusados de matar al catedrático universitario.
Sin embargo, con lo incidentado que fue el proceso en las ocho horas de debates, la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, presentó formal acusación en contra de Peralta y demás implicados de matar a Aquino Febrillet.
La magistrada aseguró que hubo premeditación en el asesinato y como evidencia dijo que la bala que terminó con la vida de Aquino Febrilllet, salió del arma que portaba Peralta, la cual le fue cargada por la Policía Nacional, institución en la que era asimilado honorífico.
Afirmó que con las evidencias que arrojaron las experticias y los testimonios recogidos, la Fiscalía tiene más que suficiente para dar apertura al caso y se ratifique la medida de coerción.
La audiencia fue aplazada para el día tres del mes entrante, con la cual suman 13 las ocasiones que ha tenido que ser suspendida.
No obstante, la viuda de Aquino Febrillet, Rita Solís, sostiene que no descansará hasta ver tras las rejas purgando una larga pena a todos los implicados en el asesinato de su esposo.
A las 5:00 de la tarde de ayer, Peralta y Bautista Mena pidieron ir al baño y cuando regresaron, el segundo entró a la sala caminando como si fuera a caerse.
En ese momento sus abogados pidieron aplazar el proceso, alegando que sus defendidos se sentían mal de salud.
La fiscal ordenó pedir una unidad del 911 para ver el estado de salud de los imputados que pedían ser medicados.
Un médico del 911 dijo que Peralta tenía la presión normal, pero que la de Bautista Mena estaba ligeramente alta y que a ese nivel para un hipertenso no era de alarmarse. Sus abogados defensores dijeron no confiar en ese médico y entonces la fiscal solicitó un legista el cual encontró alta la presión del reo. Manifestó que con la presión a esos niveles no era recomendable mantenerlo en la sala y entonces el imputado se desplomó. Fue llevado a la Clínica Abreu, en la avenida Independencia.
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