La extensión a los sábados de las restricciones de circulación en la ciudad de México no ha logrado rebajar los niveles de contaminación del aire, según un estudio científico publicado esta semana.
La capital mexicana fue una de las primeras en el mundo en introducir en 1989 la circulación alterna, que determina que solo los vehículos con matrícula par o impar pueden circular un día determinado.
Esta medida está destinada a luchar contra la contaminación del aire, que según la Organización Mundial de la Salud mata cada año a 3,7 millones de personas en el mundo.
México es una de las ciudades más contaminantes del hemisferio occidental, con unos niveles de partículas tres o cuatro veces superiores a los de Nueva York, Sao Paulo o Buenos Aires, según el estudio publicado por la revista científica Scientific Reports.
Esto se debe en parte a su geografía, puesto que la megaciudad está rodeada de montañas, que confinan las partículas contaminantes.
Durante casi dos décadas, el programa “Hoy no circula” de circulación alterna se aplicó solo entre lunes y viernes, y fue a partir de julio de 2008 cuando el programa se extendió a los sábados.
El objetivo era reducir de un 15% las emisiones de los vehículos, según el estudio.
Pero tras analizar los niveles de ocho contaminantes, entre ellos el monóxido de carbono, el ozono, el dióxido de sulfuro y el dióxido de nitrógeno, se determinó que la medida no tiene “ningún efecto discernible en la calidad del aire”, indicó el autor del estudio, Lucas Davis, de la Universidad de Berkeley, en California.
La iniciativa tampoco logró motivar a los conductores a utilizar más el transporte público.
En vez de desplazarse en tren o autobús o quedarse en casa, los conductores responden a las restricciones utilizando un segundo vehículo si lo tienen o utilizando el de alguno de sus allegados, afirmó Davis.
Los taxis -México cuenta con una de las mayores flotas del mundo, según el estudio- también son una alternativa destacable.
Davis analizó los datos de contaminación del aire de 29 puestos de control distribuidos en la ciudad de México, entre 2005 y 2012.
Según su estudio, unos 145 millones de habitantes en el mundo viven en urbes donde se aplica la circulación alterna, como Santiago, Bogotá, La Paz, Pekín, Nueva Delhi, Atenas y Bruselas. Madrid la aplicó una vez, el 29 de diciembre pasado.
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