Podría decirse que el peor momento en la vida de Jeremy Meeks fue también el de mayor suerte. Cuando en 2014 fue condenado a 18 meses de cárcel por intento de robo y portación de armas jamás imaginó que su foto policial recorrería el mundo y se convertiría en una celebrity.
Al poco tiempo la reconocida agencia de modelos White Cross Management lo contactó para ofrecerle trabajo tras su salida y así fue. Hace un par de semanas fue elegido por los diseñadores para ser la figura del prestigioso Fashion Week de Milán y, hoy, es influencer de la moda con un millón de seguidores en su cuenta de Instagram.
A pesar de su fama instantánea, Meeks se mantenía alejado de los escándalos y en sus imágenes en sociedad se lo veía con su esposa, Melissa, y sus hijos. Hasta que este fin de semana, los paparazzis lo agarraron infraganti con Chloé Green, la heredera de uno de los imperios de la moda mediática, Topshop, en un yate.
Indica Infobae.com que de acuerdo a la prensa sensacionalista, Jeremy y Chloé se conocieron en el pasado Festival de Cannes, pero hasta la filtración de las fotos se desconocía que la relación había superado un sencillo cruce de miradas.
Green es la heredera de la marca textil valorada en 5.000 millones de dólares: ¿un amor de verano o Meeks será parte de un matrimonio multimillonario?
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