Una de mis canciones favoritas de Madonna es su single de 1995 "Human Nature", una canción que quizás hayas olvidado porque no fue tan exitosa, sólo llegó al número cuarenta y seis en las tablas Billboard.
La letra argumenta, sin temor a ser juzgada, que el sexo y el deseo sexual solo son parte de la naturaleza humana. Pero eso no es todo, la línea que más se repite en esta canción es: "Express yourself, don't repress yourself." ["Exprésate, no te reprimas"]
Esta línea resume a la perfección no solo lo que muchos hacemos mal en nuestra vida sexual, sino también lo que deberíamos hacer. Escúchala, y verás a lo que me refiero.
Cuando las personas creen que sus deseos sexuales son poco comunes, raros o anormales, tienden a reprimirlos: se los guardan y a lo mejor Google es el único que tiene una pista. Eso no es saludable. Sentirnos avergonzados o culpables por lo que nos prende puede llevarnos a tener dificultades en el rendimiento sexual. Le hice una encuesta a 4,000 personas en la que les pregunté sobre sus fantasías sexuales, y los resultados confirman lo anterior. Cuando le pedí a mis participantes que calificaran cómo se sentían con su fantasía sexual favorita, mientras más emociones negativas reportaban –como culpa, vergüenza, miedo, ansiedad y disgusto–, más problemas sexuales tenían. Pero eso no es todo.
Estas emociones también tienen el potencial de interferir con nuestra capacidad de establecer y mantener una relación sexual saludable. Esto se debe a que la represión sexual nos deja con mucha carga emocional y frustración y es muy fácil desquitarnos injustamente con nuestras parejas. En lugar de reconocer que la mayoría de los problemas de desempeño sexual provienen de nuestros propios problemas, es mucho más fácil culpar a nuestras parejas de ser sexualmente incompetentes. Esa es una estrategia clásica para proteger el ego y algo a lo que los psicólogos sociales se refieren como el sesgo egoísta, la tendencia a culpar a los demás por un fracaso personal.
Como ya te habrás dado cuenta, por experiencia propia, a las personas no les gusta cuando les echamos la culpa de todo en lugar de mirar hacia dentro, otro punto que Madonna personifica en su canción "Human Nature": "I'm not your bitch, don't hang your shit on me" ["No soy tu perra, no me eches la culpa de tu mierda"]. Es hora de empezar a lidiar con toda la mierda sexual que hemos reprimido durante años. Deja de echarle la culpa a tus parejas o de beber hasta olvidarlo y mejor ponte a lidiar con eso de una vez por todas.
Entonces, ¿cómo enfrentar tus ansiedades sexuales? Empieza por darte cuenta de que tus deseos sexuales probablemente no son inusuales o extraños, ni tampoco necesariamente insalubres. ¿Quieres experimentar con BDSM? ¿Te gustaría ver a tu pareja teniendo relaciones sexuales con otra persona? ¿te gustaría hacer algo que sea tabú o que esté prohibido? ¿Te gustaría probar el sexo gay? ¿Sexo en público? Si es así, es hora de que entiendas que eres totalmente normal y estás perfectamente cuerdo.
Lo más probable es que esas fantasías sean las mismas que tienen tus vecinos, amigos y –yo sé que es incómodo– pero incluso tus padres también fantasean. No eres el único con estos deseos, por eso no hay nada de que preocuparse. Deja de huir de tus fantasías y empieza a aceptarlas como parte de lo que eres. Esto significa que necesitas llegar a un acuerdo con lo que algunos psicólogos llaman el yo sombrío, la parte de ti que consiste en todos los deseos e impulsos (tanto sexuales como no sexuales) que te asustan porque piensas que no deberías tenerlos.
Mientras tus fantasías sexuales sigan así de reprimidas, nunca te sentirás completo; al contrario vivirás preguntándote si hay algo malo contigo y buscando cómo solucionarlo. Sin embargo, conforme empieces a ver tus fantasías como algo normal que todo el mundo tiene, podrás empezar a recorrer el camino de la autoaceptación. Uno de los mayores beneficios de aceptar nuestras fantasías, es que nos da un mayor control sobre si queremos expresar esos deseos y cómo.
Reprimir nuestros deseos es perder el control sobre ellos y que ellos empiecen a controlarnos. También debo mencionar que el hecho de que reconozcas una fantasía no significa que tengas que actuar en consecuencia; en última instancia, depende de ti vivir de acuerdo con tus creencias y valores. Reconocer que tienes ese control es empoderador y liberador, y es mucho mejor que pasar tu vida gobernado por el miedo.
Publicado originalmente en VICE.com
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