39.000 violaciones, 19 mil de las cuales fueron a menores. A niños. Las autoridades no saben cómo detener ese mal endémico que se propaga a cualquier hora del día, en todo el país, y que solo conoce un freno cuando las turbas indignadas cazan a uno de los violadores hasta matarlo.
Esa realidad se vive en la India. Los datos corresponden a 2016. Son oficiales. Los números de un 2017 que se cree peor, aún no fueron publicados. Tan solo en un año, la cantidad de violaciones a niños ascendió un ¡82 por ciento!
Hoy, las únicas medidas que los padres encuentran para salvar a sus hijos están atadas a prohibiciones. Prohibido ir al colegio caminando. Prohibido jugar en las calles. No importa la cercanía con el hogar. No importa que estén con otro niños de su edad. Las callejuelas de varias ciudades indias están cada vez más desiertas de menores.
Las autoridades, desde hace años, intentan poner fin a este tipo de ataques, pero no lo consiguen. Ni la prisión ni la pena de muerte los detiene. Fue por eso que en Gajipur, en las afueras de Nueva Delhi, la capital, decidieron que lo mejor sería actuar directamente sobre los niños. Algo difícil teniendo en cuenta a las prohibiciones a las que los someten.
"Mi hijo me pregunta: '¿Qué es una violación, mami'. ¿Cómo se supone que responda a eso?", contó Renu Bindal al diario The Washington Post. Pocos tienen una respuesta clara para dar a un niño que está perdiendo la inocencia antes de tiempo.
La preocupación -e indignación- creció en los últimos meses a partir del feroz ataque sexual a una niña de 6 años el pasado 17 de abril. La pequeña había salido a comprar unas galletas. Fue encontrada por una amiga cubierta de sangre, violada. Un grupo de personas acusó a un hombre de la violación e intentó lincharlo. Pero el problema, sabían todos, no se detendría allí.
A tal extremo llega el terror de los niños que las pesadillas los invaden por las noches. Es el caso de Chetan Bindal, de 10 años: "Sueño que mi hermano salió de casa a comprar algo y lo secuestran". Natasha, su hermana dos años menor, no quiere ir al baño sola por la noche. Cree que alguien la estará esperando allí para someterla. A tal extremo llegó el terror que muchos niños preguntan si tienen que desconfiar de sus amigos y familiares.
Todos están alertas. Pero sobre todo las niñas son las que más sufren las consecuencias.
El debate crece entre los habitantes de esta ciudad. ¿Qué hacer? Los temas planteados: pedir más atención a la policía. Escuelas exclusivas para niñas. Penas más severas contra los violadores. La creencia que se extiende es: "Si cuelgan a uno, 100 mil violadores se curarán". Es el pensamiento de Ishwar Chandgarg, un líder comunitario.
Lo cierto es que en India los niños no son solo víctimas de violaciones. En varias regiones, en nombre de la "cultura", se permiten matrimonios arreglados entre mayores y niñas, por ejemplo. La diferencia es muy sutil. Y tampoco parece estar siendo erradicada.
Comentarios
Publicar un comentario